viernes, 12 de diciembre de 2014

Me siento disgustada. Siento que en vez de ser una elección soy una obligación. Soy por cómo me ven y por cómo veo. Busco el problema en mí cuando no puedo interferir en él. Es una vida llena de roces, pero sin ningún golpe, sin ninguna caricia adrede. Nada interfiere de lleno, todo nos roza y prácticamente no nos afecta. En eso yo me diferencio. Todo me afecta. Aprecio cada roce como si pudiese por primera vez sentir una nube en mi piel, como si me transportase a un mundo desconocido, y eso me deja parada en un lugar lejano al resto de las personas. Cuando interfiere la duda en mí, no me roza, si no que me choca, y no puedo evitar sentirme disgustada. No me vean más. No veas más lo que ven. No dudes. Sin embargo, nada de eso tiene lógica puesto en palabras. Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Me pregunto, entonces, cómo quito este mal que aplasta mi pecho. La única respuesta que obtengo es que debo seguir recorriendo la vida, pero eso es nuevamente una obligación, como un ciclo sin fin, estímulo y respuesta, dar y recibir. Al final todos elegimos y buscamos ser elegidos.

martes, 5 de agosto de 2014

Estundoy

Es mi máximo complemento.
Sin él no puedo estar.
Toca mi alma y logra desplomar,
Un muro cuya existencia no era de mi conciencia.
No cualquiera puede mirar y meterse en una mente.
Desde luego, menos en una tan tiesa.
Ojos como aquellos pueden hacer un cambio,
Y esos ojos me miraron a mí.

jueves, 5 de junio de 2014

Punzada en mi

No tienen conciencia.
Cuerpos derretidos sobre si mismos es lo que ven.
Pareciera una montaña gris,
Opacada por una mirada que les quita la vida.
Y no solo la vida, si no sus sentimientos.
Yo te lo dije.
Date cuenta, no me voy a derretir.
Quizás porque ya lo hice.
Tal vez me fortalecí.

viernes, 24 de enero de 2014

Dentro

A veces sigo una linea de tiempo
Y algunas veces viajo en el tiempo
Me meto en un lugar profundo
Donde el piso se mueve
Donde nada se ve con claridad
La existencia de un refugio de la misma realidad
Quizas un punto fijo
Pero el marco de nadie mas

sábado, 18 de enero de 2014

Esa insignificante duda del pasado
Con la certeza del presente
Mis latidos fuertes
La fuerte respiracion
Son compononentes de un quimico que se llama amor

viernes, 17 de enero de 2014

Quién

Si te toco me persigo
Mejor me alejo
Me voy lejos
Aunque hay un hilo muy tirante que me imposibilita liberarme
Ya no sé cual es la libertad
Ni qué es lo que busco
Ni qué es lo que logro
Supongo que él es el causante de esto.

martes, 13 de agosto de 2013

La fruta prohibida

El amor es como un árbol. El tronco es la razón principal por la que te gusta esta persona. Esa cosa que hace suspires por dentro, eso que te encanta y que cuando lo ves no podes evitar sonreír. Después las ramas. Son esos detalles divinos que te empiezan a gustar porque ya amas a esa persona. Las ramas crecen de un tronco, las tonterías que te gustan de esa nacen del amor ya plantado. Te das cuenta que un árbol crece porque tiene más ramas, porque le salen nuevas hojas o nuevas raíces. El amor, claramente, se trata de lo mismo. Si no se agranda, no lo sentís crecer. Yo pienso siempre en lo mala que es la rutina para estos casos. En el caso de que el amor no se intensifique, por más grande que sea, se vuelve rutinario. Y no sentís nada que te recuerde que lo amas, porque te acostumbraste ¿Existe eso? ¿La costumbre de amar a alguien? Por ahora no me pasó, pero veo que a los adultos les pasa. Suena horrible. Este sentimiento no es una costumbre, es algo mágico. Te acentúa las ganas de vivir. Quiero negarme a pensar que puede volverse algo aburrido, y menos que hay gente que se da por vencida con ese cultivo ¡Hagamos una casa del árbol! ¡Atémosle una hamaca! Inventemos lo que sea. Pero no, nunca me sueltes la mano.